Publicado: 5 de Junio de 2016

El césped como todo ser vivo necesita de unos cuidados periódicos y es imprescindible la intervención de un profesional.

Unas de las labores más importantes, necesarias y beneficiosas para el mantenimiento de cualquier pradera son las del escarificado, resembrado y recebado.

El trabajo de escarificado es una técnica que consiste en “arañar” superficialmente el terreno para romper y eliminar, en la medida de lo posible, el fieltro, que es una capa fina de 1 ó 2 cm. de espesor y que se forma en la superficie del suelo donde hay césped. Es una masilla formada por tierra, restos de raíces y de hojas que se han ido acumulando en la base. Al ser bastante impermeable, impide el paso del agua, los abonos y el aire a las raíces, aparte de favorecer el desarrollo de hongos. Por estas razones es necesario eliminar estas impurezas mediante una labor de escarificado.

Es conveniente acompañar el escarificado con  fertilizantes químicos o extender un recebo orgánico que permitirá una mejora para el suelo que el césped agradecerá con seguridad.

La resiembra nos permitirá rejuvenecer la pradera de césped con nuevas plantas cespitosas, ya que, como cualquier ser vivo, tiene un punto final y muere.

La semilla del césped se tapa con recebo orgánico fino para mantener la semilla húmeda y aumentar la materia orgánica presente en el terreno, facilitando su germinación.

Para arreglar las calvas que se producen en el césped debido al desgaste u otras circunstancias, es necesario realizar los trabajos de escarificado, resembrado y recebado en esta época del año para después de dos meses de buena temperatura  pueda consolidar un césped nuevo, verde y tupido.

Con todo esto, nos permitirá disfrutar de un césped en óptimas condiciones